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La Inteligencia Artificial y el Ejercicio del Derecho

23 agosto 2023

Claudio Murillo, Socio de Legal |

Recuerdo haber leído un artículo hace un tiempo que indicaba que la firma Deilotte preveía que en el Reino Unido para el año 2035, desaparecerían alrededor de 100 mil puestos de trabajo para el ejercicio del Derecho por la implementación de la Inteligencia Artificial (en adelante IA). ¿Será esto una realidad? ¿Tendremos trabajo los abogados para ese entonces? ¿Podrá esta situación desincentivar a nuestros estudiantes a elegir la carrera que hoy les enseñamos?

La Inteligencia artificial y en particular la implementación del Chat GPT y otros similares, están transformando el ejercicio de la profesión y la administración de Justicia. Desde el año 1956 se empezó a hablar del tema por lo que no resulta del todo novedoso, pero para esa época era algo eventual y futuro que hoy es presente y real y que, en los últimos 10 años, se ha acentuado por el fenómeno de la globalización y la posibilidad de la que disponemos todos de acceder a la tecnología desde el mismo teléfono móvil y que ha facilitado, sin ninguna duda, la implementación de la IA en todos los ámbitos de la actividad humana.

Para la administración de justicia, se ha afirmado que la IA mejora la eficiencia  particularmente en asuntos de mero trámite, en labores rutinarias procurando la automatización de documentos, bajando el margen de error humano en la revisión de escritos que instan a la prosecución del proceso, en el apoyo a los jueces con la implementación de herramientas que les faciliten el análisis de datos y establecer previsiones basadas en casos pasados, para determinar patrones y tendencias, predicción de decisiones judiciales a partir de análisis de la jurisprudencia y para el caso de la justicia penal la posibilidad de determinación  de fraudes y delincuencia, mejorando el sistema penal como el caso de detección de prueba y jurisprudencia falsas. (Como nota anecdótica cito un caso de un renombrado penalista que fuera sorprendido por la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia citando en su favor jurisprudencia inexistente.)

Para el usuario del sistema judicial, se abre la oportunidad real de tener acceso a una justicia pronta, efectiva y de bajo costo, al disponer de esas herramientas con las que se puede obtener fácilmente un asesoramiento legal básico especialmente para los que no disponen de recursos económicos para contratar a un abogado y que vienen a democratizar el conocimiento jurídico. Pero ello no deja de ofrecer problemas éticos importantes:  la información que proviene de estos chats no siempre es del todo fidedigna. Podemos encontrar a manera de ejemplo, citas de fallos jurisprudenciales que se dice corresponden a la Sala Constitucional cuando emanan de la Sala Primera, pruebas falsas creadas por la inteligencia artificial  que generan “alucinaciones” de contenido falso pero realista que pueden  manipularse y  ser muy convincentes.  Se puede tener mucha información, pero no la preparación y el conocimiento técnico para poder utilizarla de manera efectiva.

A partir del año 2019 por una decisión de Gobernanza de la Judicatura, en nuestro país se implementa la automatización de procesos creándose el expediente digital, que, sin lugar a dudas, ha representado ser un gran aporte para la Administración de Justicia y para nosotros los usuarios del sistema.   Adicionalmente en el área de cobro judicial, el Poder Judicial implementa,  a partir del año 2020, un plan piloto en el Juzgado de Cobro Judicial de Pérez Zeledón por ser este el despacho que estaba más al día respecto a la tramitación y resolución de los expedientes y con un circulante menor a los otros despachos de cobro del país. Como los resultados fueron sumamente satisfactorios, la Comisión sobre la Administración Civil del Poder Judicial, resuelve aplicarlo y estandarizarlo a todos los despachos de cobro judicial del resto del país que experimentan aún hoy un retraso bastante explicito en la tramitación de expedientes. En esa materia existe un circulante de alrededor de 756 mil expedientes con un trámite muy rezagado. Con IA se pretende reducir el circulante y hacerlo más ágil y efectivo. 

La idea es ordenar los despachos, clasificar los escritos mediante la utilización de un depurador de reconocimiento óptico de caracteres que hace mucho más ágil no solo la resolución de escritos de mero trámite, sino también lo relativo al levantamiento de embargos, a la implementación de medidas cautelares y el giro de dineros, entre otros. (En un despacho de cobro se tenía un rezago de 7 años en el giro de dineros y hoy se procesan con la ayuda del robot, alrededor de 5 mil órdenes de giro diarias que ha hecho que casi estén al día en este tipo de procedimientos).

La Comisión sobre la Administración Civil del Poder Judicial  proyecta la implementación de  IA  en 2 direcciones: en materia cobratoria que difiere a las demás áreas por ser  el cobro judicial un proceso que  a la de menos resulta ser más mecánico, más posible de estructurar en formatos y en él pretende la unificación o reiteración de trámites que permite que la inteligencia artificial se aplique de manera más eficiente y en la materia civil, que a diferencia de la cobratoria, no es tan estandarizada  pero en general en ambas vertientes, lo que se pretende es la organización eficiente de escritos por medio de un robot que analiza los escritos y le ayuda al funcionario judicial a generar una resolución más precisa, rápida y efectiva  organizando la documentación por medio de la asignación de un nombre para cada trámite y así generar respuestas más rápidas  utilizando “Chatbots”.*

Y volviendo a las preguntas iniciales, considero que la implementación de la IA lejos de remplazarnos nos hace más productivos y eficientes en la revisión de documentos y en la toma de decisiones, en el procesamiento y estudio de documentos de nuestros casos y en la estructuración de los documentos del litigio, buscando la jurisprudencia relevante y en establecer tendencias de los órganos jurisdiccionales. Utilizando Chatbots legales que son sitios que ayudan (algunos de ellos: Ross de IBM, Donotpay, LexisNexis) utilizando algoritmos para generar información y ayuda legal que sea más accesible a un rango de personas.  Sin embargo, esa información, como se indicó líneas atrás, no es precisa y plenamente confiable y fue así como se evidenció que un Juez en Colombia estaba utilizando el Chat GPT para redactar sentencias y en un caso contra la Aerolínea Avianca en Los Estados Unidos, llegó a evidenciar que el actor utilizó jurisprudencia falsa que obtuvo el Chat GPT.

Mi amigo y colega el Dr. Juan Marco Rivero  Profesor de la Cátedra de Derecho Penal de la Universidad de Costa Rica considera, que la IA puede ser un instrumento pero  no una inteligencia en sí misma. La acumulación de información  en forma mecánica no significa mejor conocimiento porque hay que saber qué hacer y cómo aplicar esa data. Él piensa que no se trata de acumular datos y datos, sino que  se hace indispensable saber qué hacer con ellos. En el derecho no existen normas y soluciones únicas y definitivas y creer que la solución puede venir de la utilización de la IA  sin tener la formación y la experiencia para procesarla y aplicarla acertadamente, es un error; que la norma no es el artículo del cuerpo legal, la norma  es el proceso de construcción de una solución con respecto a un conflicto de la vida real. No hay una norma o resolución única.  Él indica que  a manera de ejemplo, a la hora de revisar  un cantidad importante de resoluciones sobre el mismo tema emitidas por la Sala Constitucional, él pudo apreciar que hay posiciones diversas entre sí a pesar de que emanan del mismo  alto tribunal. La labor del Jurista es saber construir una solución efectiva. El derecho es el arte de lo bueno y lo justo porque no es una simple acumulación de datos, que si bien ese ejercicio tiene su importancia, la labor del jurista va más allá  porque tiene que encontrar una solución concreta para un caso específico y eso  solo lo puede hacer un ser humano inteligente, capacitado y experimentado. Lo que se debe hacer, no se le puede entregar a un programador de algoritmos  para que nos diga qué es lo que se debe resolver. La figura del juez es sustancial a la democracia porque el juez es el que hace efectiva la democracia para el caso concreto.

Al pensamiento  de Juan Marco yo le agrego, que  el correcto planteamiento de un caso tiene un trípode:  “Derecho, Prueba y Estrategia”. Ya para 1934, el Maestro Couture decía que para ganar un caso: Hay que tener la razón, saberla pedir y que se la quieran dar”. El Juez no puede convertirse en un autónoma y el autómata no se convierte en un ser humano por acumular datos.  La justicia es y seguirá siendo algo Divino pero construida por seres humanos, pues  no todo en el ejercicio del derecho es lógico ya que existen determinados problemas que solo de manera valorativa se pueden resolver. En eso radica precisamente la labor de un buen litigante. Su habilidad es indispensable; la inteligencia artificial le puede facilitar y optimizar su trabajo, reduciendo tiempos de estudio, mejorando la calidad de la información pero no sustituye la toma de decisiones en la construcción de la teoría del caso.

La IA definitivamente nos ayuda en la calidad y en la toma de decisiones  jurídicas porque nos facilita la labor mejorando  y agilizando los tiempos de respuesta, reduce el mecanismo de estudio y se dura mucho menos en la valoración y en el acopio de información,  pero tomar la decisión final no la puede sustituir la IA. Esa es precisamente nuestra labor.


Artículo inspirado en al Podcast “Autómatas de Radio Monumental: La inteligencia artificial y la Administración de Justicia”. 29 de julio de 2023.